Amoroso llamado
me llamaste, y ya habías escogido
a tu siervo.
La aurora de los tiempos ya se asomaba
y tu ternura privilegiada
ya me escogía y me llamaba.
atravesando los humanos tiempos
ya marcaban el rítmico latir de mi corazón.
Señor, me regocijo al ver tu predilección
que se fijó en mí, pobre siervo
que se alegra por tu elección.
Me amaste aun cuando no existía
y mi vida y mi respuesta
la construías en el amor
Solo podía latir mi corazón
al ritmo de tu amor
y un día, hace mucho ese ritmo lleno mi oído.
Y los abrazos llenaron el aire,
y los besos de hermandad volaban,
por mi sendero, mis hermanos y mi lucha encontré
Me llamaste, me llamas y me llamarás
y aquí estoy, desde mi poquedad
quebrándome para seguirte siempre.
Gracias Señor por llamarme a la Vida, al Amor a la Verdad.
PRN